domingo, 26 de enero de 2020

ALABANDO A DIOS CON ALEGRIA Y GRATITUD (SALMO 100)

ALABANDO A DIOS CON ALEGRÍA Y GRATITUD (SALMO 100)



INTRODUCCIÓN

La alabanza es una manifestación de aprecio o admiración por alguien, poniendo de relieve sus cualidades o méritos. Es decir que cuando entregamos alabanza a nuestro Dios debemos resaltar sus atributos. El salmista de la porción que estamos estudiando reconoce varias de ellas, como por ejemplo su grandeza y su poder. Le animo a recorrer estos versículos de la Palabra de Dios para buscar estas características de la naturaleza divina y la forma en que hemos sido bendecidos por ellas.

ESTUDIO

(v1) CANTAD alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.

Un elemento importante de la alabanza incluye el canto, haciendo uso de nuestras propias cuerdas vocales, el instrumento musical con que Dios nos ha dotado, podemos rendir a alabanza a Dios. De ahí que es importante incluir en nuestras reuniones momentos para cantar. Debemos aprovechar esos momentos, articular las palabras de los himnos y alabanzas, tanto en compañía de otros hermanos como de forma personal, en nuestro tiempo devocional. La alabanza siempre ha formado parte integral de la vida de los cristianos, por ejemplo en el Nuevo Testamento encontramos una referencia a cierto hermano que visitaba las iglesias para entonar alabanzas (2 Corintios 8:18).

(v2) SERVID a Jehová con alegría; VENID ante su presencia con regocijo.

Descubrimos en esta porción que nuestro servicio también es alabanza para Dios, todo lo que hacemos los cristianos, tanto lo que decimos como las acciones que ejecutamos, deben realizarse en el nombre del Señor Jesús, siempre con la intención de agradecer a Dios Padre por lo que nos permite decir o hacer (Colosenses 3:17).

La alabanza incluye también, buscar la presencia del Señor con alegría, en la intimidad de nuestro aposento, en nuestro tiempo de devoción personal, en lo secreto de nuestra relación con Dios (Mateo 6:6). Sin olvidar que también debemos buscar la presencia del Señor en compañía de otros hermanos, de manera constante y regular, tanto en el templo como en las casas, tal y como la escritura nos enseña que los hacían los primeros cristianos (Hechos 5:42).

Por su grandeza

(v3) RECONOCED que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

Para poder brindar una correcta alabanza a Dios, es necesario que tengamos un buen entendimiento de sus cualidades y méritos, basados en lo que enseñan las sagradas escrituras, a esto le llamamos la sana doctrina (Tito 2:1).

El creyente tiene un relación escritural con Dios, se ha revelado a nosotros por medio de su palabra, y es nuestra obligación escudriñar diligentemente en ella para encontrar lo que establecido para nuestras vidas, para encontrar las palabras que nos dan vida eterna (Juan 5:39).

Una estas grandes características que debemos reconocer de la divinidad, es su dominio sobre nuestra vida. Cuando llegamos a Cristo una parte importante de la oración de conversión es declarar a Jesús el Señor de nuestra vida. Debemos entregar cada parte de nuestro ser al Señor, para que obre conforme a su soberana voluntad, Él sabe que es lo mejor para nosotros, por tanto debemos humillarnos bajo su poderosa mano (1 Pedro 5:6).

Por su poder

(v4) ENTRAD por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.

El Señor Jesucristo nos enseñó que el mismo es la puerta de la ovejas, es la puerta por medio de la cual podemos restaurar nuestra vida espiritual con Dios, solo por medio de Jesús podemos ser salvos. Algunas bendiciones adicionales con la salvación son la protección y la satisfacción de nuestras necesidades. Trae la protección en nuestras actividades, dice que entraremos y saldremos. También la salvación es para la satisfacción de nuestras necesidades, dice que hallaremos pastos (Juan 10:7,9).

(v5) Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.

Para finalizar esta maravillosa descripción de las cualidades de nuestro todopoderoso Dios, el salmista resalta la bondad de Dios, tal y como se expone en diferentes partes de la escritura (Salmo 25:8, Salmo 34:8, Salmo 106:1, Salmo 107:1, Salmo 118:1, Salmo 118: 29). Podemos observar esa bondad en los pensamientos que tiene para nosotros, que incluyen paz, bienestar y esperanza (Jeremías 29:11).

La expresión “para siempre es su misericordia” también puede traducirse “su gran amor es eterno”. El amor de Dios por usted nunca termina, es eterno, tal y como lo declaró en el libro del profeta Jeremías, nos ama y nada de lo que pase en nuestra vida puede cambiar eso (Jeremías 31:3).

La expresión “y su verdad por todas las generaciones” también puede traducirse “su fidelidad permanece para siempre”. Dios es fiel, cumple su palabra, tiene misericordia de nosotros, hasta mil generaciones (Deuteronomio 7:9).

CONCLUSIÓN

Todo lo que hemos estudiado en esta porción de la escritura, nos brinda razones suficientes para alabar a Dios con alegría y gratitud, tanto forma individual, personal, en la intimidad de nuestra habitación, así como de forma pública, en el templo y en las casas, junto a otros hermanos, que también han sido bendecidos por el don de la salvación. La misma naturaleza de Dios, nos inspira a derramar nuestra vida en alabanza por su bondad, misericordia y verdad.

Santo Señor ponga un corazón alegre y lleno de gratitud en nosotros. Que busquemos diariamente su presencia para disfrutar de su bondad, su misericordia y su verdad. Bendíganos con todos los beneficios de su salvación, su protección y su provisión, para cada momento de nuestra vida. En Cristo Jesús. Amén.

LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE DE SU VIDA

Dios  le ama, y entregó a su hijo Jesucristo en rescate por usted (Juan 3:16), a pesar que todos los seres humanos somos pecadores, y esto nos condena a la muerte eterna (Romanos 3:23). La consecuencia del pecado es la muerte, pero Dios le ofrece un regalo, la salvación por medio de Jesús (Romanos 6:23). Usted puede ser un hijo de Dios, recibiendo a Jesús como su Salvador, creyendo en su nombre (Juan 1:12), la forma de hacer esto, es confesar nuestros pecados a él en oración; él es fiel y justo, le perdonará (1 Juan 1:9). No espere más, él está tocando la puerta de su corazón en este momento, para iniciar una relación personal con usted, que cambiará su eternidad (Apocalipsis 3:20) Reciba a Cristo como su Salvador hoy.