MI GRACIA ES SUFICIENTE PARA TI
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
2 Corintios 12:9 (RVR1960) |
And He said to me, “My grace is sufficient for you, for My strength is made perfect in weakness.” Therefore most gladly I will rather boast in my infirmities, that the power of Christ may rest upon me.
2 Corinthians 12:9 (NKJV) |
INTRODUCCIÓN
Como seres humanos estamos expuestos a errar en el camino, esto es particularmente común en tiempos de bonanza y prosperidad, tanto en lo material como en lo espiritual. En ocasiones Dios debe tomar medidas correctivas con nuestra vida, para llevarnos nuevamente a la senda correcta. Las pruebas son uno de los medios que Nuestro Señor utiliza para ayudarnos a desarrollar nuestra fe. Cuando estamos en medio de la adversidad, podemos perder de vista los propósitos espirituales detrás de las circunstancias. Nuestro Padre Celestial nos ha brindado instrucciones para ayudarnos a responder durante las pruebas. Examinemos La Escritura para encontrar estas poderosas verdades espirituales y usarlas en el momento justo.
ESTUDIO
Dios bendice a sus hijos, en formas tan abundantes e inesperadas que superan nuestra propia imaginación (Efesios 3:20-21). Esto debe producir en nosotros los más profundos y sinceros sentimientos de gratitud para Nuestro Señor. Pero el enemigo sigue actuando con malvada astucia y puede arreglárselas para confundir nuestra mente, y llevarnos a pensamientos errados sobre el motivo de nuestras bendiciones, como si fuéramos merecedores de los dones que Dios nos ha confiado (1 Timoteo 4:1). El engaño puede llevarnos a exaltarnos desmedidamente (2 Corintios 12:7).
Cuando nuestro corazón alberga sentimientos de vanidad, estamos en riesgo de volvernos presumidos, creyendo que somos más de lo que en realidad somos, simple polvo (Génesis 3:19). Y Dios como un padre amoroso, hace uso de su voluntad permisiva, para que reaccionemos y volvamos al camino correcto, mediante llamados de atención (Proverbios 3:12). Algunas pruebas pueden ser duras, pero Nuestro Señor puede utilizarlas para nuestro beneficio espiritual (Salmos 16:6). Dios puede utilizar incluso a Satanás, para esta labor (2 Corintios 12:7).
Cuando nuestro corazón alberga sentimientos de vanidad, estamos en riesgo de volvernos presumidos, creyendo que somos más de lo que en realidad somos, simple polvo (Génesis 3:19). Y Dios como un padre amoroso, hace uso de su voluntad permisiva, para que reaccionemos y volvamos al camino correcto, mediante llamados de atención (Proverbios 3:12). Algunas pruebas pueden ser duras, pero Nuestro Señor puede utilizarlas para nuestro beneficio espiritual (Salmos 16:6). Dios puede utilizar incluso a Satanás, para esta labor (2 Corintios 12:7).
En medio de lo árido de un desierto o una prueba difícil, es importante recordar que seguimos siendo sus hijos, y podemos rogar a Nuestro Padre Celestial que quite nuestro sufrimiento, el Apóstol Pablo pasó por esta situación, clamó tres veces por esta realidad que lo atormentaba (2 Corintios 12:8). No sabemos con exactitud cuál era la dificultad que agobiaba al apóstol, pero podría ser un problema de salud, con el que tuvo que cargar quizá todo su ministerio. Pablo rogaba, volcaba su interior en esta suplica, de la misma manera debemos actuar nosotros.
Dios puede responder de diferentes maneras a nuestro clamor, evitemos pensar nuevamente que nosotros tenemos la única verdad, no seamos sabios en nuestra propia opinión (Proverbios 3:7). En la porción que estamos estudiando, nos encontramos con una respuesta totalmente inesperada para cualquiera de nosotros: bástate mi gracia (2 Corintios 12:9). Y es que podríamos esperar que Dios tendría otra respuesta para Pablo, después de todo era un apóstol, y había dedicado su vida al servicio de la obra. Sus pensamientos no son como los nuestros (Isaías 55:8).
Pasando por la aguas, atravesando un desierto, enfrentando una prueba, lo único que necesitamos es que La Gracia de Dios se derrame abundantemente sobre nosotros (Hechos 4:33). Y es que cuando estamos en nuestros momentos de mayor debilidad, resulta evidente que es El Poder de Nuestro Señor el que está actuando; no se trata de nuestras capacidades, relaciones o recursos (2 Corintios 12:9). Desechamos el orgullo y la vanidad, y solo nos queda entregarnos completamente a su voluntad, en cuerpo, alma y espíritu (1 Tesalonicenses 5:23).
De modo que en lugar de ocultar nuestra debilidad, podríamos hacer alarde de eso, para que sea más claro cuando superemos este tiempo de angustia, que fue El Poder de Nuestro Señor Jesucristo, el que actuó de forma sobrenatural para liberarnos (2 Corintios 12:9). Al responder de esta manera a la adversidad, el despliegue del Poder de Cristo puede ser acompañado de poderosas señales y milagros, que a su vez también sirven para esparcir la semilla del evangelio entre los pueblos, naciones y lenguas, que necesitan este mensaje (Romanos 15:19).
Considerando todo lo anterior, nuestras dificultades también pueden convertirse en motivo de gozo, incluso cuando estas tribulaciones se manifiesten en forma de insultos, privaciones, persecución, angustia o miedo; ya que son una oportunidad para que podamos experimentar, de primera mano, El Poder de Cristo en nuestra vida; además también podemos ser testigos de cómo Dios utiliza estas circunstancias para bendecir la vida de otras personas (2 Corintios 12:10). La tribulación permite a los creyentes ver de forma más clara La Gloria de Dios (2 Corintios 4:17).
Dios puede responder de diferentes maneras a nuestro clamor, evitemos pensar nuevamente que nosotros tenemos la única verdad, no seamos sabios en nuestra propia opinión (Proverbios 3:7). En la porción que estamos estudiando, nos encontramos con una respuesta totalmente inesperada para cualquiera de nosotros: bástate mi gracia (2 Corintios 12:9). Y es que podríamos esperar que Dios tendría otra respuesta para Pablo, después de todo era un apóstol, y había dedicado su vida al servicio de la obra. Sus pensamientos no son como los nuestros (Isaías 55:8).
Pasando por la aguas, atravesando un desierto, enfrentando una prueba, lo único que necesitamos es que La Gracia de Dios se derrame abundantemente sobre nosotros (Hechos 4:33). Y es que cuando estamos en nuestros momentos de mayor debilidad, resulta evidente que es El Poder de Nuestro Señor el que está actuando; no se trata de nuestras capacidades, relaciones o recursos (2 Corintios 12:9). Desechamos el orgullo y la vanidad, y solo nos queda entregarnos completamente a su voluntad, en cuerpo, alma y espíritu (1 Tesalonicenses 5:23).
De modo que en lugar de ocultar nuestra debilidad, podríamos hacer alarde de eso, para que sea más claro cuando superemos este tiempo de angustia, que fue El Poder de Nuestro Señor Jesucristo, el que actuó de forma sobrenatural para liberarnos (2 Corintios 12:9). Al responder de esta manera a la adversidad, el despliegue del Poder de Cristo puede ser acompañado de poderosas señales y milagros, que a su vez también sirven para esparcir la semilla del evangelio entre los pueblos, naciones y lenguas, que necesitan este mensaje (Romanos 15:19).
Considerando todo lo anterior, nuestras dificultades también pueden convertirse en motivo de gozo, incluso cuando estas tribulaciones se manifiesten en forma de insultos, privaciones, persecución, angustia o miedo; ya que son una oportunidad para que podamos experimentar, de primera mano, El Poder de Cristo en nuestra vida; además también podemos ser testigos de cómo Dios utiliza estas circunstancias para bendecir la vida de otras personas (2 Corintios 12:10). La tribulación permite a los creyentes ver de forma más clara La Gloria de Dios (2 Corintios 4:17).
CONCLUSIÓN
Las pruebas puede aparecer debido a diferentes situaciones, pero Dios puede utilizarlas siempre para nuestro provecho espiritual (Romanos 8:28). Encontramos que La Escritura nos faculta para clamar a Nuestro Padre Celestial en medio de todas nuestras preocupaciones, y su respuesta siempre será oportuna, aunque no esté conforme a nuestros pensamientos (Romanos 11:33). De modo que podemos experimentar un gozo completo, aún en medio de la tribulación, ya que podemos ser testigos del Poder de Cristo actuando en nuestra vida y también podemos verlo actuar en la vida de otras personas (2 Corintios 7:4).
ORACIÓN
Oremos. Santo Señor, gracias por Su Palabra, y por darnos la oportunidad de disfrutarla. Cuide nuestro corazón para albergar siempre pensamientos conforme a su voluntad. Cuando seamos probados permítanos experimentar Su Amor Inagotable para consolarnos y Su Poder Milagroso para animarnos. Si es su voluntad, ayúdenos a comprender su propósito, y traiga fortalezca a todo nuestro ser. Ponga en nosotros un gozo sobrenatural por lo que está haciendo en nuestra vida y la de otros. Llénenos con su Espíritu Santo para testificar con poder de sus maravillas. En el nombre de su hijo amado Cristo Jesús. Amen.
LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE DE SU VIDA
Dios le ama, y entregó a su hijo Jesucristo en rescate por usted (Juan 3:16), a pesar que todos los seres humanos somos pecadores, y esto nos condena a la muerte eterna (Romanos 3:23). La consecuencia del pecado es la muerte, pero Dios le ofrece un regalo, la salvación por medio de Jesús (Romanos 6:23). Usted puede ser un hijo de Dios, recibiendo a Jesús como su Salvador, creyendo en su nombre (Juan 1:12), la forma de hacer esto, es confesar nuestros pecados a él en oración; él es fiel y justo, le perdonará (1 Juan 1:9). No espere más, él está tocando la puerta de su corazón en este momento, para iniciar una relación personal con usted, que cambiará su eternidad (Apocalipsis 3:20) Reciba a Cristo como su Salvador hoy.