LA ARMADURA DE DIOS (EFESIOS 6:10-20)
INTRODUCCIÓN
Los
creyentes vivimos en una constante guerra declarada en contra del reino de las
tinieblas, es una guerra sin cuartel, nuestro enemigo no sabe de códigos de
honor, ni está interesado en acuerdos de paz, su mente está plagada de muerte y
destrucción nada más. Pero para nuestra dicha, el Dios Invencible esta de
nuestro lado, y nos ha provisto de poderosas armas espirituales para la defensa
y el ataque. Busquemos en la escritura los elementos de este formidable
arsenal, aprendamos su uso y marchemos con valor al campo de batalla, para
presenciar la descomunal victoria de El León de la Tribu Judá.
ESTUDIO
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de
su fuerza.
(v10) Al enfrentar ataques espirituales, no debemos
olvidar que la fortaleza necesaria para afrontarlos viene únicamente del Señor,
no vamos a luchar en nuestras propias y débiles fuerzas humanas, que ningún
daño puede hacer al mundo espiritual (Salmo 59:9). Además recordemos que de
nuestra parte está el Dios Todopoderoso, que creó el cielo y la tierra con el
poder de su palabra, ningún espíritu inmundo puede resistir al poder de su
palabra (Mateo 8:16).
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra
las asechanzas del diablo.
(v11) Ciertamente el diablo asecha a los hijos de Dios, y
no juega a ser diablo, está claro en su retorcida mente que jamás podrá
enfrentarse al Señor Dios Todopoderoso, por lo tanto busca dañar a aquellos que
más ama, a sus hijos. No hay ninguna pisca de honor y sensibilidad en él, solo
busca hurtar, matar y destruir (Juan 10:10). Sabe que esta vencido, Nuestro Señor Jesucristo lo venció en la cruz
del calvario y ha dotado a los cristianos con poderosas armas espirituales para
resistir y atacar (Santiago 4:7).
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
(v12) Estas armas son comparadas por el Apóstol Pablo con
los elementos de las armaduras romanas del primer siglo, a manera de recurso
didáctico para facilitarnos su comprensión, pero su poder trasciende por mucho
al de aquellas piezas de cuero y hierro que portaban los soldados de la época.
Son armas dispuestas para equiparnos para la guerra espiritual, efectivas para
mostrar el poder de Nuestro Señor Jesucristo sobre el mundo espiritual (2
Corintios 10:4).
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en
el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
(v13) Cada elemento de la armadura del cristiano, juega
un papel relevante al enfrentarse a la guerra espiritual, debemos asegurarnos
de presentarnos al campo de batalla plenamente equipados. Nos indica claramente
el texto que habrá confrontación, son armas pensadas para la defensa y el
ataque (2 Corintios 6:7 NVI), habrán días malos en los que vamos a pelear, pero
la magnífica palabra también nos señala que acabarán, puesto que Satanás no
puede resistir y tiene que huir, por lo que nuestro Señor nos manda que debemos
mantenernos firmes (1 Corintios 16:13).
Estudiemos uno a uno los elementos de esta
armadura.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos
con la coraza de justicia,
(v14) El cinturón de la verdad. La versión RVR de la Biblia
dice: “ceñidos vuestros lomos con la verdad”, mientras que la versión NVI de la
Biblia dice: “ceñidos con el cinturón de la verdad”. El cinturón era usado por
los soldados romanos para ceñir su túnica y colgar sus armas de filo, como la
espada. Podemos aprender de esta ilustración que la verdad del evangelio debe
mantenernos firmes, buen ceñidos, preparados para enfrentar las adversidades
provocadas por el enemigo de nuestras almas.
El cinturón militar romano estaba confeccionado en
cuero y adornado con protecciones inguinales decoradas con distintos tipos de
hebillas, plaquitas metálicas y tachones, normalmente de bronce o hierro, a
veces dorados. Era una prenda llamativa y los soldados lo usaban con orgullo también
en horas de licencia o fuera de servicio. También podemos aprender de esta
ilustración que la verdad del evangelio es tan llamativa que deberíamos
exhibirla tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz.
La coraza de justicia. La coraza es una pieza metálica
sólida y resistente que protege órganos vitales, como el corazón. El corazón es
símbolo de nuestras emociones y Satanás constantemente busca poner en nuestro
corazón emociones que nos desanimen a continuar con la vida cristiana.
Emociones como el temor de no haber “hecho suficiente” para ser salvos. No
podemos ser salvos mediante nuestras obras (Efesios 2:9). Lo único que puede
justificar nuestra pecado en la fe en el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo
en la cruz del calvario (Romanos 5:1).
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
(v15) La disposición de proclamar
el evangelio. Nuestra
ilustración sobre las armas espirituales del cristiano, comparan la disposición
de proclamar el evangelio con el calzado usado por los soldados romanos. Es
relevante notar que para predicar el evangelio debemos ir donde están las
personas que necesitan escuchar el mensaje. Es un llamado directo hacia la
iglesia para movilizarse en el evangelismo. Los creyentes deberíamos marchar
con regularidad para proclamar el evangelio a aquellos que aún no conocen a
Cristo como su Salvador.
Vale la pena recordar que ganar almas es un ataque
directo contra el infierno. Hay fiesta en los cielos cuando un pecador se
arrepiente (Lucas 15:10), es un alma que ha sido rescata del fuego del infierno
(Juan 3:18), por lo que ganar almas es parte integral de cualquier estrategia
ofensiva en contra del reino de las tinieblas, nos vincula directamente con la
visión de Dios, puesto que él no quiere que ninguno se pierda, sino que todos
procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno.
(v16) El escudo de la fe. El escudo era la principal arma
defensiva del soldado romano, y el apóstol Pablo aclara que el maligno nos
ataca lanzando dardos de fuego, sin embargo no siempre son dardos, pueden ser
flechas, balas, cañonazos, lo que tenga que lanzar para destruirnos. Satanás no
juega a ser diablo, va a atacarnos sin misericordia con todo lo que tenga para
destruirnos. Nuestra fe nos defiende de esos ataques, así que necesitamos que
nuestra fe crezca para enfrentar todo lo que mande (1 Juan 5:4).
Jesús nos explico que en el mundo tendremos
aflicción, habrá ataques siempre, son parte de la viva cristiana, así que
también nos ofrece una palabra de ánimo: “confiad, yo he vencido al mundo”
(Juan 16:33). Es una declaración poderosa que debe recordarnos que por recia
que pueda ser la batalla, podemos clamar para que nuestra fe no falte (Lucas
22:31-32). Nuestro enemigo ya ha sido vencido, y la victoria está garantizada,
por medio del poder del Rey de Reyes y Señor de Señores (Apocalipsis 17:14).
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios;
(v17) El yelmo de la salvación. El yelmo es la parte de la
armadura que cubre y protege la cabeza y el rostro; generalmente se compone de
un casco con una visera movible. La cabeza aloja a un importante órgano para
los seres humanos, el cerebro, que controla diferentes funciones vitales,
además servir como soporte biológico para la mente. Es por medio de la mente que podemos “creer” y
ser salvos (Hechos 16:31), por lo que constituye otra frente de batalla
espiritual.
Satanás ataca nuestra mente con pensamientos de
duda, ¿será Jesús suficiente para ser salvo? ¿habrá otro camino hacia Dios? ¿Seré
realmente salvo? Por lo tanto, la salvación, tal y como lo enseña la escritura,
debe servir de defensa para nuestra mente, somos salvos por medio de Jesús y
nadie más puede ofrecernos la salvación (Hechos 4:12). Así podemos derribar
cualquier argumento que se levante en contra del conocimiento de Dios, y llevar
cautivo a la obediencia de Cristo, todos nuestros pensamientos (2 Corintios
10:5).
La espada del Espíritu. La espada constituye la
principal arma defensiva del soldado romano, y un signo característico de la
infantería, la rama militar más preciada en el mundo antiguo. Así para el
creyente la palabra de Dios es su principal arma ofensiva, recuerde que su sola
palabra fue suficiente para crear los cielos y la tierra (Génesis 1). En su
palabra hay poder (1 Corintios 1:18), para sanar enfermos, echar fuera demonios
y transformar a los hombres en nuevas criaturas.
Cuando Satanás tentaba a Jesús en el desierto, cada
ataque fue repelido por las poderosas declaraciones de la palabra de Dios (Mateo
4:1-11). Para hacer uso de esta arma debemos mantenerla afilada, dedicándonos
regularmente a memorizar y estudiar la escritura, para utilizarla correctamente
en momento preciso (2 Timoteo 2:15), es una de las disciplinas espirituales
importantes para todo creyente.
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y
velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a
conocer con denuedo el misterio del evangelio,
20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como
debo hablar.
(v18-20) Manteniendo la
comunicación con el centro de mando. Para cualquier operación militar las
comunicaciones son imprescindibles, debido a que es un medio para enviar y
recibir las órdenes que dirigen al personal en terreno. Quizá en la época del
apóstol Pablo no había un elemento de la armadura de los soldados romanos, con
el que pudiera comparar a la oración, pero su poder como arma espiritual es
invaluable, por lo que no está fuera de este importante listado de equipamiento
para la guerra espiritual.
La oración no está limitada por
barreras físicas o geográficas, y cuando es efectuada con fe tiene mucho poder
(Santiago 5:16). Clamamos en oración por una gran variedad de situaciones como
provisión, protección, sanidad, sabiduría, etc. Incluso el apóstol pide que
oren por él para que cuando comparta el evangelio, lo haga con gran valor, y de
una manera comprensible para sus oyentes, a pesar de las diferentes
dificultades que debe enfrentar, por ejemplo estar encarcelado.
CONCLUSIÓN
Hemos recorrido la escritura,
para encontrar aquellas poderosas armas espirituales que nuestro Dios pone a
nuestra disposición para enfrentar los ataques del enemigo. La vida cristiana
no puede compararse a un crucero por el caribe, es más parecido a una misión a
bordo de un navío de guerra. En ocasiones recibimos embestidas, pero también
podemos atacar con las poderosas armas en nuestro arsenal. Es nuestra
obligación mantenernos permanentemente equipados para cumplir la misión que nos
sea encomendada. La victoria está asegurada, así que marchemos con valor,
derribemos las fortalezas erigidas por Satanás (2 Corintios 10:4), proclamemos
libertad para los cautivos y oprimidos (Lucas 4:18), y declaremos el reino
eterno de nuestro Dios (Salmo 145:13).
LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE DE SU VIDA
Dios le ama, y entregó a su hijo Jesucristo en rescate por usted (Juan 3:16), a pesar que todos los seres humanos somos pecadores, y esto nos condena a la muerte eterna (Romanos 3:23). La consecuencia del pecado es la muerte, pero Dios le ofrece un regalo, la salvación por medio de Jesús (Romanos 6:23). Usted puede ser un hijo de Dios, recibiendo a Jesús como su salvador, creyendo en su nombre (Juan 1:12), la forma de hacer esto, es confesar nuestros pecados a él en oración; él es fiel y justo, le perdonará (1 Juan 1:9). No espere más, él está tocando la puerta de su corazón en este momento, para iniciar una relación personal con usted, que cambiará su eternidad (Apocalipsis 3:20) Reciba a Cristo como su Salvador hoy.