PRIMEROS AUXILIOS ESPIRITUALES
Pero
un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a
misericordia; y acercándose, vendó sus heridas,
echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y
cuidó de él. Lucas 10:33-34
INTRODUCCIÓN
En la Parábola
del Buen Samaritano, encontramos una tremenda enseñanza de nuestro Señor
Jesucristo sobre la forma en que se debe ayudar a otras personas. Podemos
comparar los pasos que siguió el samaritano, con los pasos que sigue el
personal de los servicios de emergencia cuando atiende a la víctima de un
accidente o enfermedad repentina. Recorramos juntos la escritura para disfrutar
de esta enseñanza, pidamos al Señor que impacte nuestra vida, para estar
preparados para atender a los necesitados, tanto en lo físico como en lo
espiritual.
ESTUDIO
1.
Se acercó. Para
servir a otras personas, el primer paso es bastante sencillo, usted debe
acercarse. No podemos estar al tanto de las necesidades de nuestro prójimo en
la distancia, tenemos que acercarnos. De esa manera podemos contemplar de
primera mano y con todo lujo de detalle el dolor, la enfermedad, la agonía, el
sufrimiento, el temor, y cualquier otra tribulación por la que nuestro prójimo
este pasando. Fue eso exactamente lo que hizo nuestro Señor Jesucristo, cuando
decidió volverse un hombre mortal, dejando su majestad en los cielos, para
vivir como cualquiera de nosotros, y estando en esa condición de debilidad
decidió entregar su vida en rescate por la nuestra (Filipenses 2:5-8). Se mantuvo firme en su
decisión hasta el final, mientras recibía cada golpe y cada latigazo, mantenía
la mente fija en un pensamiento: “los amo y no voy a permitir que vayan todos
al infierno”.
2.
Le curó las heridas. Cuando
estamos frente a la necesidad y somos cristianos nacidos de nuevo, nuestra
respuesta espontánea es atenderla. No podemos pasar desapercibida la miseria de
otros, tenemos que poner manos a la obra. En primeros auxilios, la labor de
curar una herida es muy importante, evita que se produzca en el cuerpo de la
víctima una infección, que de no tratarse apropiadamente puede costar la vida
del herido. La curación remueve toda la suciedad que de forma inmediata esta
contaminando localmente, pero que cuando permanece más tiempo en el cuerpo,
puede extenderse. Esa es exactamente la forma en que opera el pecado, se
introduce en nosotros y nos ataca inmediatamente, pero cuando ese veneno
circula por nuestro corazón, termina matando nuestra relación con Dios, y
condenándonos a una eternidad de sufrimiento. Atendamos las necesidades
físicas, pero no descuidemos las necesidades espirituales.
3.
Se las vendó. Cuando
la contaminación ha sido retirada del cuerpo del lesionado, debe evitarse que
entre nuevamente, eso se logra aplicando un vendaje, que evita que los tejidos
blandos dañados estén expuestos y susceptibles de ser nuevamente viciados. Cuando
se esta ministrando la vida de una persona, es importante reconocer cuando es
necesario aplicar medidas de protección adicionales, para que pueda completar
su recuperación espiritual y no caiga de nuevo en una situación similar o peor.
Estas medidas incluyen tiempos especiales de devocional regularmente, en los
que puede entonar alabanzas, leer pasajes de la escritura y orar por sus
propias necesidades, o por las de otras personas. Estas medidas protectoras
deben ser ejecutadas con un compañero espiritual que fortalezca el caído, y le
levante el ánimo cuando se sienta cansado, desanimado, derrotado o frustrado.
4.
Lo montó sobre su propia
cabalgadura. Brindar el transporte apropiado a las víctimas de un
accidente o enfermedad, puede hacer la diferencia entre una incapacidad
temporal o una permanente. Existen técnicas especiales para movilizar a una
víctima de un accidente, diferentes a las usadas en el caso de emergencias
médicas. Estas técnicas son fundamentalmente medio manuales de trasladar a un
necesitado y requieren de un significativo esfuerzo físico. Muchas veces servir
a otras personas requerirá que nos despojemos de nuestra propia comodidad, y es
nuestro deber hacerlo, hay cosas mucho más importantes que lo material. La
eternidad de la personas es más importante (Lucas 6:27-36). Debemos cuidarnos
de no ser parciales con nuestro cuidado de otros, evitando caer en los errores
cometidos para el sacerdote y el levita del relato. Jesús murió por todos, y le
dio la oportunidad de la vida eterna a todos, nosotros no podemos actuar de
otra manera.
5.
Lo llevó a un alojamiento.
El cuidado de emergencia incluye el transporte a un lugar seguro, donde pueda
recuperarse de sus lesiones. El cristianismo no puede vivirse de manera
aislada, somos parte de una familia en Cristo. Nuestra relación con otros
cristianos es muy importante para nuestro crecimiento, tanto como nuestra
comunión personal con el Señor. Cuando somos parte de una comunidad de fe, Dios
puede usar a más personas para ministrarnos. Por todo esto, es crucial motivar
a cualquier recién convertido a buscar una iglesia en la que pueda reunirse
regularmente, para aprender junto a otros cristianos acerca de Jesús. El
escritor de la Epístola a los Hebreos, escribió que no debemos dejar de
congregarnos (Hebreos 10:25). Es decir que no debemos dejar de reunirnos para
adorar al Señor en unidad. Hebreos también hace énfasis en que las reuniones de
los cristianos sirven para animarse los unos a los otros.
6.
Lo cuidó. Ya estando
en un resguardo apropiado, el accidentado necesita ciertas medidas de control,
alguien debe monitorear constantemente sus signos vitales, como respiración,
pulso, temperatura y presión arterial. Esto sirve para conocer oportunamente si
los cuidados están siendo efectivos, y la condición del paciente esta
mejorando, o por el contrario, debemos
cambiar el tratamiento, ya que se nota que no hay progreso o que esta empeorando.
De la misma manera, los ministros del evangelio en la iglesia local, son los
encargados de organizar en la congregación un mecanismo de cuidado de las
ovejas, tal como le pidió Jesús a Pedro en cierta oportunidad (Juan 21:15-17).
De tal manera que pueda controlarse constantemente los signos vitales
espirituales de los hermanos, y apoyar oportunamente cuando hay una necesidad.
El amor es lo que debe ser evidente en nuestras relaciones (Juan 13:35).
7.
Pagó por él. Servir a
nuestros semejantes requiere salir frecuentemente de nuestra zona de comodidad,
a veces es necesario hacer sacrificios que quizá no estamos preparados para
hacer. Pero sea cual sea la situación, si tiene la posibilidad de salvar una
vida, por favor ¡hágalo! Salvar una vida, sea en lo material o en lo espiritual
es una de las cosas más importantes que como ser humano podrá hacer (Proverbios
24:11). Quizá durante muchas ocasiones no sepa exactamente que es lo mejor que
puede hacer, pida dirección al Señor y actúe, le aseguro que Dios le revelará
algo que usted puede hacer para ayudar. Para algunas labores necesita
entrenamiento específico, si puede tomarlo hágalo. En otras ocasiones podrá
contribuir con su apoyo a los que estarán en el frente (Romanos 10:14-15). Pero
en muchas ocasiones una palabra dicha a tiempo, puede hacer una gran diferencia
(Proverbios 15:23).
CONCLUSIÓN
Buscamos en la
escritura los indicios de un Servicio de Emergencias Espirituales, y
encontramos un protocolo especialmente diseñado para la atención de las
víctimas del pecado y la maldad, dictado por la única autoridad que tiene jurisdicción
sobre nuestra eternidad: Jesús, Nuestro Salvador. En lo material, el personal
de los Servicios de Emergencias Médicas tiene todos los días la oportunidad de
presentarse durante incidentes graves, donde el tiempo de respuesta es crucial
para salvar una vida, donde si hubieran llegado 15 minutos después, una persona
más habría muerto, es una labor divina sin lugar a duda. En lo espiritual, es evidente
que la oración durante muchos años por una persona alejada al Señor, puede
romper grandes murallas de prejuicios o amargura, que evitaban que las personas
lleguen a Cristo. Es posible ver como Dios restaura en el púlpito a un ministro
del evangelio, después de varias décadas de apatía. Ganar un alma para Cristo
es una de las decisiones más inteligentes que puede tomar (Proverbios 11:30).
LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE DE
SU VIDA
Dios le ama, y
entregó a su hijo Jesucristo es rescate por usted (Juan 3:16). A pesar que
todos los seres humanos somos pecadores, y esto nos condena a la muerte eterna
(Romanos 3:23). La consecuencia del pecado es la muerte, pero Dios le ofrece un
regalo, la salvación por medio de Jesús (Romanos 6:23). Usted puede ser un hijo
de Dios, recibiendo a Jesús como su salvador, creyendo en su nombre (Juan
1:12). La forma de hacer esto, es confesar nuestros pecados a él en
oración; él que es fiel y justo, le
perdonará (1 Juan 1:9). No espere más, él esta tocando la puerta de su corazón
en este momento, para iniciar una relación personal con usted, que cambiará su
eternidad (Apocalipsis 3:20). Recíbalo como su Salvador hoy.