viernes, 18 de junio de 2010

CUANDO DIOS OTORGA UNA SABIDURÍA SORPRENDENTE (Daniel 5:12)



CUANDO DIOS OTORGA UNA SABIDURÍA SORPRENDENTE

"ese hombre tiene una mente aguda, amplios conocimientos, e inteligencia y capacidad para interpretar sueños, explicar misterios y resolver problemas difíciles" Daniel 5:12

En cierta oportunidad, el rey Belsasar, hijo del rey Nabucodonosor de Babilonia, ofreció un gran banquete para su corte real, bebió mucho y se emborrachó. En su ebridad mandó que se trajeran ciertas copas de oro y plata que su padre Nabucodonosor, había robado del templo de Jerusalén, para beber en ellas junto a sus nobles, sus esposas y sus concubinas, al mismo tiempo que declaraban alabanzas a dioses paganos.

En ese momento de euforía, pecado y sacrilegio, aparecío una mano, que escribió algo en la pared, en una lengua no conocida por el rey. ¿Se imagina eso? el rey Belsasar se asustó muchísimo, la Palabra de Dios cuenta que se puso pálido, sus rodillas temblaban y casi no podría sostenerse. Mando llamar a todos sus hechiceros, astrólogos, adivinos y sabios, para que le dijeran que es lo que había escrito la mano en la pared, pero nadie pudo determinar el significado.

Se armó un gran escándalo, y la reina se dio cuenta del problema, entró en la sala y dijo al rey Belsasar que se tranquilizara, que en su reino había un hombre espéctacular, con una gran sabiduría, y que cuando Nabucodonosor, su abuelo, era rey, fue nombrado jefe de todos los sabios del reino, ella pronunció esta palabras: "ese hombre tiene una mente aguda, amplios conocimientos, e inteligencia y capacidad para interpretar sueños, explicar misterios y resolver problemas difíciles" (Daniel 5:12).

La historia completa, usted puede leerla en el capítulo 5 del libro de Daniel, termina trágicamente para ese rey pagano, llamado Belsasar. Pero el objetivo de este devocional, es mostrarle lo que nuestro Dios puede hacer con un hombre o una mujer que decide vivir conforme a su corazón. Daniel fue un hombre que amaba a su Dios, y estuvo dispuesto a pagar el precio que fuera necesario para que su vida fuera agradable a Él. Nuestro Dios le otorgó uno de los mas excelentes dones que un cristiano pueda recibir, el don de sabiduría.

La palabra de Dios enseña que como creyentes tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), y si tenemos la mente de Cristo, tenemos una sabiduría increible, pero nuestro enemigo Satanás a procurado convencernos que no somos nada, que somos insignificantes, que cualquier impío, incircunciso y pecador, que fue a la universidad y obtuvo un doctorado, tiene más capacidad que los redimidos por la sangre del Cordero.

Por muchos años, el pueblo cristiano se a excusado en que la venida de nuestro Señor Jesucristo esta cerca, por lo que no es necesario prepararse académicamente, y esto a ocacionado que los puestos más elevados en nuestros gobiernos y empresas, sean ocupados por pecadores, que ningún temor tienen de nuestro poderoso Dios.

La Palabra de Dios nos ha declarado cabeza y no cola (Deuteronomio 28:13), Dios quiere usarle para hacer cosas grandes, no reuse más el llamado del Señor de ser un líder con una tremenda influencia, que impacte no solo a su comunidad, sinó a las naciones, desde la trinchera en que Dios lo ponga. Tome cada reto en su carrera profesional y en su vida, como una maravillosa oportunidad de Dios para utilizar la sabiduría que él le ha provisto.

Busquemos el rostro de Dios cada día, y pidamos que nos de su sabiduría, para ver siempre las cosas desde su punto de vista, y saber responder de acuerdo a su voluntad.

LA DECISIÓN MAS IMPORTANTE DE SU VIDA

Si usted aun no ha hecho una declaración de fe, en el Señor Jesucristo, le animo a hacerlo en este momento. Dios le ama a usted, y estuvo dispuesto a entregar a su hijo Jesucristo, para que si usted cree en él, tenga vida eterna (Juan 3:16). Todos hemos pecado, y ese pecado nos separa de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Dios muestra su amor por nosotros, en que aun siendo pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). Si usted confiesa sus pecados en oración, él es fiel y justo para perdonarlos, y limpiarle de toda maldad (1 Juan 1:9). Todos los que le reciben y creen en su nombre, les otorga el privilegio de ser Hijos de Dios (Juan 1:12). No pierda esta oportunidad, reciba a Cristo en su corazón hoy.

Que Dios le bendiga.

miércoles, 9 de junio de 2010

MARCANDO RESES (Juan 3:16)




MARCANDO RESES
(DEVOCIONAL INFANTIL)
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VERSÍCULO CLAVE
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16
HISTORIA
¿Te gustaría vivir una gran aventura? ¡Te gustaría!, bueno, déjame contarte acerca de la más grande aventura de todas. Esta es la aventura de vivir la vida cristiana. Esta no es una aventura para cobardes, debes ser tener mucho coraje para seguir este camino de ruda aventura. Las personas más felices de todo el mundo son aquellos que han tomado la decisión de vivir esta aventura.
¿Cómo comenzamos? Primero que nada, debemos aceptar al Señor Jesucristo como nuestro personal Salvador. ¿Cómo hacemos esto?, dejeme explicartelo contándote la historia de Juanito, un muchacho de tu edad.
Juanito estaba visitando el rancho de su Tío Carlos, él era un magnífico cristiano y Juanito se gozaba cuando lo visitaba. Un día, estaban sentados en l cerca del corral mirando cómo marcaban con hierro caliente reses. El marcador de hierro caliente dejaba un largo círculo con una “J” en cada ternero.
¿El marcador de hierro duele?” Preguntó Juanito a su Tío Carlos. “No” respondió Tío Carlos, “el cuero de las vacas es muy duro para que les duela”.
¿Por qué marca a las reses tío?” Pregunto Juanito. Tío Carlos respondió: “Bueno mira Juanito, si una de estas vacas se perdiera antes de que la marquemos, nadie sabría quién es el dueño, pero ahora como las hemos marcado, todas las personas sabrán que pertenecen a este rancho”.
Continuo el Tío Carlos: “Sabes Juanito, algunos muchachos, son como reses perdidas, El Señor Jesús quiere que ellos pertenezcan a Él, pero los muchachos son diferentes a las reses. Cuando el tiempo de rodeo viene, las reses son marcadas aún si ellas no quieren serlo. Los muchachos, sin embargo, tienen la oportunidad de escoger. Ellos pueden decidir pertenecer a Jesús o pueden rehusarse a pertenecer a Él”.
Juanito pensó por un momento, entonces replicó “Tío Carlos, yo quiero pertenecer para siempre a Jesús, ¿cómo puedo llegar a pertenecer a Él?” Tío Carlos puso su brazo alrededor del hombro de Juanito y dijo: “Sentémonos en el banco debajo de la encina y te explicaré”.
Tío Carlos sacó un pequeño Nuevo Testamento del bolsillo de su chaqueta, y le dijo a Juanito: “quiero que escuches muy atentamente lo que la Biblia dice en Juan 3:16”. Tío Carlos comenzó a leer: “Porque de tal manera amó Dios al mundo” y dijo a Juanito “primero que nada, debes conocer que Dios te ama mucho y quiere que tu le ames y pertenezcas a él.
Tío Carlos continuo diciendo: “Es más, Juanito, la segunda parte del versículo no dice cuanto Dios nos amó”, luego leyó en el Nuevo Testamento: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito”, y le dijo a Juanito: “¿sabes lo que quiere decir cuando Él dice que dio a su hijo?”. Juanito contestó: “bueno en la Escuela Dominical estudiamos algo acerca de Jesús muriendo en la cruz”. Tío Carlos dijo: “Eso es Juanito, Dios te amó a ti y a mi tanto, que Él permitió que su hijo muriera en la cruz. Y solo piensa, su hijo, Jesús, nos amó tanto que Él estaba dispuesto a sufrir y morir en la cruz, para poder perdonar nuestros pecados y vivir en nuestros corazones”.
Juanito pensó profundamente y entonces dijo: “Jesús verdaderamente nos amó ¿verdad Tío Carlos?” Tío Carlos le contesto: “Así es Juanito, ahora voy a leerte el resto del versículo”. Nuevamente leyó en el Nuevo Testamento: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Explicó Tío Carlos: “Todo aquel significa cualquiera, si tu o yo, o cualquier otro, cree en el Señor Jesucristo tiene vida eterna”.
Juanito pregunto: “¿Qué quiere decir cree tío?, yo ya creo que Jesús es el Hijo de Dios y que murió en la cruz por mí”. Tío Carlos le contesto: “Eso esta bien Juanito, pero tu también debes creer que Él perdonará todos tus pecados y que entrará en tu corazón cuando tú se lo pidas”.
Juanito contestó: “Yo creo eso también, pero ¿Cómo recibo a Jesús dentro de mi corazón?”. Tío Carlos le explicó: “Déjame leerte otro versículo para explicártelo, este versículo se encuentra en Apocalipsis 3:20”. Tío Carlos abrió nuevamente su Nuevo Testamento y leyó: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.
Tío Carlos le dijo a Juanito: “Jesús está hablando de la puerta de tu corazón, y solo tú puedes abrir la puerta de tu corazón e invitar a Jesús a entrar”. Tío Carlos esperó unos segundos, y dijo a Juanito: “Imagínate que tu mejor amigo viene a tu casa y toca a tu puerta, como podrías dejarle saber que puede entrar”. Juanito contesto: “Bueno, supongo que yo le diría algo como ENTRA”.
Tío Carlos dijo: “Eso es Juanito, el mejor amigo, que un muchacho puede tener es el Señor Jesús, Él está tocando a la puerta de tu corazón. Ahora, ¿porque no le dices a él que entre, de la misma manera que tu le dirías a tus otros amigos?” Juanito indicó con su cabeza “si”.
Respondió Tío Carlos: “Esta bien, inclinemos nuestra cabeza ahora mismo y oremos a Jesucristo. Debes decirle a Él que te arrepientes de todos tus pecados y que tu quieres que Él te perdone, luego pídele que entre en tu corazón”. Juanito constesto: “Esta bien, eso haré”. Unos segundos mas tarde, después que había orado, Tío Carlos le preguntó: “Dime Juanito, ¿Dónde está Jesús ahora?” Una amplia sonrisa se dejó ver en la cara de Juanito y exclamó: “Él está en mi corazón”. Tío Carlos sonrió y dijo “ahora realmente tú perteneces a Jesús”.

PREGUNTAS PARA GUIAR AL NIÑO(A) A CRISTO
Realice las siguientes preguntas al niño(a), para guiarlo hacia la salvación:
  • ¿Dios te ama mucho?
  • ¿Jesús murió en la cruz por ti?
  • ¿Él quiere perdonar tus pecados?
  • ¿Él quiere vivir en tu corazón?
  • ¿Jesús esta tocando a la puerta del corazón de cada persona?
  • ¿Qué es lo que debemos decir para permitir al Señor Jesús entrar en nuestro corazón?
  • ¿Le has pedido a Jesús que perdone todos tus pecados?
  • ¿Le has invitado a vivir dentro de tu corazón?
  • Si no has invitado a Jesús a entrar en tu corazón, ¿te gustaría que tu padre o maestro ore contigo como Tío Carlos hizo con Juanito?

jueves, 3 de junio de 2010

CIUDADANOS DEL CIELO (Filipenses 3:12-21)


CIUDADANOS DEL CIELO (Filipenses 3:12-21)

“nosotros somos ciudadanos del cielo” Filipenses 3:20

INTRODUCCIÓN

El Señor Jesucristo vino a la tierra para entregar su vida por nosotros, los pecadores. Pero su sacrificio en la cruz no solo sirvió para perdonar nuestro pecado, sino que nos hizo nuevas criaturas y nos dio una nueva nacionalidad, ya no somos ciudadanos del mundo, ahora pertenecemos a la gloriosa Patria Celestial.

ESTUDIO

Cristo Jesús nos alcanzó para salvarnos, y con esa salvación que nos limpia de nuestros pecados, y nos presenta como justos ante el Padre, también opera en nosotros un maravilloso y misterioso milagro conocido como “regeneración”, esto es una transformación gradual de nuestro ser, para un día ser como Jesús, en la eternidad.

El apóstol Pablo expresa que como todo ser humano, no es perfecto, y tiene muchas cosas que arreglar en su ser, especialmente cuando observa la gloria del Hijo de Dios, pero esta en ninguna manera esto lo desanima en su deseo de ser más como Jesús, reconoce que para eso fue llamado por el Señor, para ser más como Jesús (v12). No hemos sido llamados para vivir en la mediocridad espiritual, hemos sido llamados para ser Ciudadanos de la Gloria.

Todos tenemos un pasado de pecado, que nuestro enemigo Satanás, esta dispuesto a recordarnos todos los días, pero en ninguna manera podemos permitir que un pasado de errores y dificultades, nos robe el glorioso futuro que nuestro Señor nos tiene preparado. Olvidemos el pasado, no podemos hacer nada para cambiarlo, enfoquémonos en la meta, paguemos el precio que sea necesario pagar, para vivir como redimidos; de modo que podamos ganar premio supremo de nuestro llamamiento, la entrada en la ciudad celestial (v13-14).

Seguramente nuestro Señor ya nos ha otorgado importantes victorias espirituales, vivamos conforme a esas victorias. Si ya hemos conquistado un frente en nuestra guerra contra la carne, el mundo o Satanás, bajo ninguna circunstancia podemos permitirnos retroceder, el límite esta en el cielo. Estamos en medio de una guerra declarada, que terminará hasta que nuestro Señor toque la trompeta, mientras tanto, nos enfrentaremos con la autoridad delegada por nuestro Comandante, para estremecer al mismo infierno (v15-16).

Como en todo viaje largo, es mejor dirigirnos hacia nuestra tierra, en la eternidad, acompañados. Cierto pastor comento en una ocasión, si vamos escalando una montaña es mejor ir acompañados de un buen amigo por el camino, que solamente recibir las indicaciones de un alpinista experimentado en la cima. Observe con atención a su alrededor, busque a los campeones de la fe que están a su lado, converse con ellos, aprenda de ellos, seguramente han pasado un lugar por donde usted pasará en algún momento, y la forma más “económica” y menos “dolorosa” de aprender, es por la experiencia de otras personas (v17).

Por oscura que parezca su situación en este momento, desde el punto de vista humano, su mirada siempre tiene que estar en las alturas, en nuestro destino final, en nuestro hogar en la gloria, con nuestro Señor, Dios Todopoderoso, Rey del Universo, Magnífico en Santidad, Hacedor de Maravillas, Justo y Eterno. Todo lo que esta en este mundo pasará, su carrera, su trabajo, su casa, su automóvil, sus deudas, sus enfermedades, todo pasa, solo Dios queda. Un día tomará nuestros cuerpos mortales y los transformará en cuerpos glorificados, para que podamos emprenden juntos, un viaje de regreso a casa, cuando el Señor Jesucristo se presente en las alturas y toque la final trompeta (20-21).

CONCLUSIÓN

Como una nueva creación en Cristo, tenemos una ciudadanía también nueva. Ya no somos esclavos del mundo, somos de nacionalidad divina. Mientras esperamos el glorioso retorno se nuestro Señor Jesucristo, vivamos pareciéndonos mas a nuestro Rey, sabiendo que pronto seremos transportados a nuestro hogar en las alturas, para morar con Él por la eternidad.

LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE DE SU VIDA

Si usted aun no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, le invito a hacerlo. Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Estamos condenados a la muerte por nuestro pecado (Romanos 6:23), pero nuestro Señor nos ofrece un regalo, la salvación. Solo debemos confesar nuestros pecados, y él nos perdonará, y nos limpiará (1 Juan 1:9). Y nos convertirá en sus hijos (Juan 1:12), haciéndonos una nueva criatura, una nueva creación para Su Gloria. El Señor mismo le ofrece esta salvación hoy (Apocalipsis 3:20).


Que Dios le bendiga.